
Una vez soñé que tan sólo con soñar podría hacer realidad los sueños de la gente.
Poder soñar con las piernas del que ya no corre, o con los ojos del que ya no mira.
Poder soñar con el pan del que nunca come, o con la paz del que nunca duerme.
Poder soñar con las alas de cualquier mujer que ansíe ser libre.
Poder soñar con la elegancia y valentía de las que carecen muchos hombres.
Una vez soñé que tan solo con soñar todo esto conseguiría.
Pero entonces me desperté y lloré desconsolado.
Porque la vida nunca será sueño, a pesar de lo que dijo aquel poeta en su día.
Porque mis sueños se interrumpen siempre, con la pesadilla de la vida, la tuya y la mía...
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